COLEGIO
“NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO”
La Congregación de las
Misioneras Dominicas del Rosario, fundada el 5 de octubre del año 1918 para la educación de
la mujer indígena de la selva peruana del Urubamba por Mons. Zubieta y Les y
Madre Ascensión Nicol Goñi y para la evangelización
de los más pobres, llega a República Dominicana en el año 1947 para trabajar en
San Cristóbal y más concretamente en el
hospital Juan Pablo Pina y la escuela normal de las Monagas.
El 3 de marzo de 1951,
llegan, procedentes de España las Misioneras Dominicas: Celia Adrián, María del
Valle, María Luisa Castiella, María Ángeles Muñiz y María Masias Ortiz para
formar una comunidad en El Seibo dedicada a la educación.
Fueron recibidas por los
Padres Scárboro, regentes de la Parroquia Santa Cruz, autoridades y pueblo en
general.
El 12 de marzo inician las
clases con 12 alumnos, en una casa situada en la calle Ramón Santana
(actualmente se encuentra ahí el colegio La Unción del Santo).
La vivienda –colegio carecía
por completo de mobiliario escolar, de tal manera que, cada alumno y alumna se
vio en la necesidad de llevar su silla. Todo lo que había en lo que se llamaba
“colegio” era una mesa, dos sillas y un pizarrón pequeño, todo prestado.
Poco a poco, con mucho
esfuerzo, pidiendo ayuda a un lado y otro, se pudo ir implementando con
material escolar.
Al finalizar el curso la
matrícula había ascendido a 47 alumnos y alumnas, número que fue creciendo en
años posteriores.
El 25 de marzo de 1956 el
Padre Juan Mateo Gault, párroco, bendijo el terreno, donado por el Ayuntamiento,
donde se construiría un nuevo colegio. Asistieron a esa bendición el pueblo y
las autoridades civiles y militares.
El 27 de febrero de 1957
tuvo lugar la inauguración del nuevo y moderno edificio situado en la calle
Hermanos Mercedes n° 2. A esa inauguración asistieron las Hermanas Misioneras
Dominicas de otras comunidades, un representante del Secretario de Educación las
autoridades del pueblo y el pueblo en general.
El número de alumnos y alumnas era de 94
El nuevo edificio contaba con 8 aulas. Capilla, oficinas,
comedor de internas, cocina, 3 dormitorios de internas, baños y casa de la
comunidad.
En 1958 se reciben las
primeras internas y ese mismo año comienza el bachillerato que durará hasta
1974, año en que tuvo que suprimirse por falta de recursos para pagar a las
profesoras y profesores.
Las hermanas, que además del
colegio trabajan con los adultos, sobre todo con mujeres en los barrios y en
los campos, pronto se dan cuenta de que muchos adolescentes de los barrios Los Cajuiles y Ginandiana no han
asistido nunca a la escuela y por tanto son analfabetos, por lo que en 1970
deciden abrir una tanda gratuita, para alfabetizar a esos jóvenes. Visitan para
ello casa por casa, tratando de concienciar a los padres de familia de la
necesidad de que sus hijos sean alfabetizados, así consiguen los 150 primeros
alumnos/as, cuyo número creció año tras año.
En 1971 se abre, en la
noche, una tanda de alfabetización de adultos.
Durante el verano de ese
mismo año la Secretaría pidió a las hermanas que dieran un curso a los maestros
del campo, que no tenían la preparación necesaria para el desempeño de su
labor. Al final de ese curso se le entregó un Certificado de suficiencia a cada
maestro.
Después de solicitar,
durante muchos años la oficialización del Colegio y evitar así la separación
entre los niños que “pueden pagar” y los que no pueden, el 1 de enero del año
1983, siendo Presidente de la República Salvador Jorge Blanco y Secretaria de
Educación Lic. Ivelisse Prats de Pérez, se firma un contrato entre la
Secretaría y la Congregación de Misioneras Dominicas por el cual Las Misioneras
prestan el local y la Secretaría se compromete, entre otras cosas a pagar a
todo el personal docente, administrativo y de apoyo, y a partir de ese momento
se reconoce al Colegio como escuela de básica e intermedia con el nombre “El
Rosario”, pero sin perder su identidad de Escuela Católica con su filosofía,
Visión y Misión bien definidas.
FILOSOFÍA
Nuestra escuela,
tiene a Jesús como eje transversal de nuestra vida. Se define como escuela católica con un estilo
y espíritu propio de la Orden Dominica: verdad, estudio, trabajo, sencillez,
alegría, democracia, espíritu de familia y preferencia por las y los más
necesitados/as
VISIÓN
Pretendemos que todos
y todas lleguen a ser sujetos capaces de dar respuestas a este nuevo siglo, de
construir una comunidad más justa y
fraterna.
MISIÓN
Nuestra misión es: “Evangelizar mediante una educación de
calidad, formando personas críticas, analíticas y reflexivas, focalizando los
valores sociales, éticos y cristianos, dándoles las habilidades necesarias para
esta nueva época
A partir del año 1992 la comunidad pasa a vivir a una
casita edificada en la parte lateral-posterior de la escuela y se adecua la
planta alta para aulas.
En el año escolar 1998-1999 la escuela tiene 1126 alumnos
y alumnas, 22 profesores, una secretaria y 8 conserjes.
En el año 2000 la ONG Misiones Amazónicas, llevada por
los dominicos peruanos, nos edifican un salón multiuso
Y dos años más tarde la ONG
española de Manos Unidas edifica dos
aulas encima del salón, por lo que la capacidad para la enseñanza es mayor.
Más tarde el Ministerio de
Educación edificó un aula para inicial.
En estos momentos
contamos con 22 aulas, un salón multiuso, biblioteca, laboratorio de Ciencias,
laboratorio de Informática, cancha, capilla, entre otras.
El servicio de la biblioteca
fue muy bueno mientras no llegó su desplazamiento por el internet, pues estaba
abierta para dar servicio, no sólo a los estudiantes de la escuela sino también
a los del liceo, universitarios y maestros. Hoy los usan los estudiantes de este
centro y maestros, aunque sigue abierta a quien quiera usarla.
En el año 2014/2015 pasamos
a Jornada extendida,
por lo que muchos niños de barrios lejanos, por motivos de sectorización, fueron ubicados en los centros mas cercanos a su vivienda, dando prioridad a los de Los Cajuiles y Los Hoyitos, sin dejar de admitir estudiantes de otros sectores. En este
momento (2016) son 698 entre niños y
niñas desde pre-primario hasta séptimo grado.